El síndrome de intestino irritable es un trastorno funcional que no está causado por anormalidades anatómicas o estructurales del órgano en cuestión y qué se caracteriza por dolor abdominal, incomodidad, sensación de abdomen inflado e irregularidades en las heces.
En países como Estados Unidos y Europa del 10 al 15% de las personas pueden presentar la enfermedad, en países de América Latina, entre ellos nuestro vecino México, más del 30% de la población puede estar enferma. Este síndrome se puede presentar a cualquier edad, pero regularmente inicia en la adolescencia para mantenerse constante hasta y durante la vida adulta productiva. Después de los 50 años es menos común verlo, y es dos veces más común en mujeres que en hombres.
La causa precisa de este síndrome permanece indeterminada, pero los mecanismos que participan en la disfunción intestinal están en constante investigación. Se sabe que factores propios del intestino, de la flora bacteriana intestinal, de infecciones intestinales previas, de ciertos componentes de algunos alimentos, de hormonas producidas por nuestro cuerpo en momentos de estrés, preocupación o depresión, pueden causar los síntomas de esta enfermedad.
Síntomas:
Los síntomas pueden cambiar de una persona a otra y pueden ser de leves a graves. Según consensos internacionales de médicos especialistas, se considera que una persona puede padecer de Síndrome de Intestino Irritable si:
· Tiene síntomas de enfermedad presentes por al menos 3 días al mes en un periodo de al menos 3 meses. Estos síntomas son:
Dolor abdominal
Sensación de gases
Llenura
Distensión abdominal
2. Cambios en los hábitos intestinales que pueden ser diarrea o estreñimiento.
*Si el paciente tiene el síndrome asociado a diarrea, va a presentar heces sueltas y líquidas frecuentes. Puede experimentar urgencia de tener una deposición, lo cual a veces puede ser difícil de controlar.
*Si el paciente tiene el síndrome asociado a estreñimiento, va a presentar dificultad para defecar, deposiciones menos frecuentes. Va a necesitar hacer fuerzas con cada deposición y presentará cólicos. Regularmente se eliminará solo una pequeña cantidad de materia fecal por deposición. La severidad del cuadro puede variar en el tiempo. La inapetencia es común, lo que no es común es tener pérdida de peso o sangre en las heces.
Pruebas y Exámenes de Diagnóstico:
No hay ningún examen específico para diagnosticar el síndrome de intestino irritable. Pero si se realizan otros estudios para eliminar otros diagnósticos que podrían causar síntomas similares. Se recomienda hacer exámenes de sangre, para ver la presencia de anemia u otras hormonas que pueden intervenir en el movimiento intestinal, examen de heces para evaluar la presencia de parásitos y evaluar la digestión de ciertos alimentos, coprocultivos para ver si hay alguna infección.
La colonoscopía: consiste en la introducción de una sonda flexible por el ano para examinar todo el colon por medio de una cámara y así mismo tomar pequeñas muestras de tejido llamadas biopsias. En los pacientes con síndrome de intestino irritable se realiza cuando:
El paciente es mayor de 50 años
Si los síntomas iniciaron luego de los 50 años
Si el paciente manifiesta perdida de peso o heces con sangre, heces obscuras o si en el examen de sangre se obtiene resultados anormales evidenciando anemia.
Si existen síntomas que despiertan al paciente por la noche o fiebre junto con las molestias intestinales así como historia familiar de cáncer de colon.
Si hay diarrea de más de un mes de duración, estreñimiento que no mejora a pesar del tratamiento o las heces son muy delgadas (en forma de lápiz).
Otras enfermedades que pueden presentarse de forma similar son: enfermedad celíaca, cáncer de colon o enfermedades inflamatorias intestinales como la Enfermedad de Crohn o la Colitis Ulcerativa.
Tratamiento:
El objetivo del tratamiento es aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida. La estrategia inicial debe enfocarse según los síntomas predominantes e incluye antiespasmódicos para el dolor, anti-diarreicos y laxantes para el estreñimiento. Un plan nutricional y psicoterapia, se pueden utilizar en todos los subtipos de enfermedad.
Nutrición:
Una dieta enfocada a cada persona, los cambios en la alimentación pueden ser útiles sin embargo, no hay una dieta específica. Procure evitar alimentos y bebidas que estimulen los intestinos (cafeína, te, bebidas de cola, cebolla, ajo, algunas legumbres, manzana, peras, coliflor, etc.), comer porciones pequeñas, incrementar la fibra en la alimentación (dependiendo del subtipo de colon irritable que padezca). Lo mejor es abocarse a un profesional para recibir una asesoría personalizada en cuanto a la enfermedad.
Psicoterapia:
Existen componentes que influyen en los síntomas de los pacientes con colon irritable entre ellos esta la ansiedad, la depresión o el estrés y las manifestaciones intestinales pueden variar según la complejidad de los eventos de estrés. Los pacientes que tiene una terapia psicológica positiva experimentan una mejoría sustancial de las molestias gastrointestinales.
Expectativas:
el Síndrome de Intestino Irritable puede ser una afección de por vida. Para lagunas personas, los síntomas pueden ser incapacitantes y alteran considerablemente su estilo de vida, pero pueden mejorar o aliviarse a través del tratamiento. No causa daño permanente a los intestinos y no lleva a enfermedades graves como el cáncer.
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